Cómo conseguir buenos cantores III |
Miguel Angel Martín
Espada
Presidente C.T.C. Zaragoza
El diámetro de los bronquios.- Los bronquios anchos determinan una
pérdida de velocidad en la expulsión del aire; por el contrario bronquios
estrechos expulsan aire a más velocidad.
La longitud del músculo esternotraqueal.- Cuando éste es corto
imposibilita la elongación de la traquea. Una tráquea corta o que no se alarga
con facilidad eleva el tono del sonido.
La rigidez en las paredes de la traquea.- Que al aumentar hace
aumentar igualmente el tono del canto.
La posición de la laringe.- Ya que la laringe pese a no poseer
cuerdas vocales, puede obturarse o abrirse y modificar así el tono(*8).
Ya hemos visto que los científicos no coinciden plenamente con las
observaciones de Fratantoni, pero hemos creído conveniente citarlas para que el
lector las conozca
NUCLEOS CEREBRALES QUE INTERVIENEN EN LA FUNCION CANORA
Fuente: Jarvis y
Nottebohm, " Motor - driven gene expresión", 1997 The National Academy of
Sciences of the USA: www.pnas.org
El complejo mecanismo canoro que acabamos de describir es controlado por el sistema nervioso central -vid. flechas negras figura 4.a)-, destacando dos núcleos cerebrales principales ubicados en el telencéfalo: el centro vocal superior (CVS, cuyas siglas en inglés son HVC) y el robustus archistrialis (RA); que a través de la red neuronal, nervio craneal XII o gran hipogloso, situado en el bulbo raquídeo, y de los nervios hipoglosos (también llamados traqueosiringeales), envían su información a los músculos que permiten la producción del sonido en la siringe.
Junto a estos núcleos cerebrales encontramos otros, conectados de
una u otra forma con uno o con ambos de los principales. Destacan entre éstos el
nucleus magnocellularis medio (MMAN) y el nucleus magnocellularis lateral
(LMAN), ubicados también en el telencéfalo y conectados neuronalmente con el
CVS, el primero, y con el RA, el segundo; el LMAN juega un papel importante en
el aprendizaje del canto y su desarrollo motor. Otros núcleos cerebrales de
importancia en el canto son el nucleus intercollicularis (ICO), ubicado en el
mesoencéfalo, conectado con el RA y el nervio craneal XII; el nucleus
interfacial (NIF), conectado al CVS; el UVA, conectado con el CVS; y el área
cerebral X, conectada con el CVS. La proximidad de alguno de estos núcleos con
los centros auditivos del cerebro se relaciona por los estudiosos con la
capacidad de memorización y aprendizaje de los pájaros y el posterior desarrollo
motor de lo memorizado -figura 4.b)-. De hecho, recientes estudios proponen un
doble mecanismo en la memorización de las canciones: el primero consiste en la
memorización basada en la expresión motora del canto (o, lo que es lo mismo,
memorización del canto a través de su ensayo y desarrollo vocal, manifestado a
través de la canción plástica o repaso); el segundo se basa en el almacenamiento
en la memoria de los cantos escuchados por los canarios. Ambos mecanismos se
interrelacionan, puesto que un joven canario privado del sentido del oído es
incapaz de desarrollar una canción normal, lo que demuestra que el pájaro tiene
que poder oír sus propias vocalizaciones para memorizarlas adecuadamente y
componer con las mismas su canto.
Los científicos, entre los que destaca Fernando Nottebohm (al que debemos
la mayor parte de los estudios sobre el control neurológico en el canto del
canario), han demostrado un claro diformismo sexual en el tamaño de estos
núcleos cerebrales, especialmente del CVS y del RA. El volumen del CVS y del RA
es muchísimo mayor en los machos que en las hembras. También se ha puesto de
manifiesto que el tamaño de estos núcleos está directamente relacionado con el
nivel de hormonas en la sangre, concretamente de la hormona masculina: la
testosterona; a mayor tasa hormonal, mayor es el volumen de estos dos núcleos
cerebrales (*9). También se ha relacionado el tamaño de estos núcleos cerebrales
con la mayor o menor complejidad, variedad y duración del canto: a mayor volumen
mayor capacidad canora. Si bien el hecho de que un canario posea un CVS y un RA
muy voluminosos no implica necesariamente una mayor riqueza canora, tan solo
pone de manifiesto unas facultades que el canario puede o no desarrollar (*10).
Volviendo a los nervios hipoglosos, que, como hemos visto, son los
encargados de transmitir la información generada en el cerebro a la siringe,
decir que el hipogloso derecho controla la parte derecha de la siringe y el
hipogloso izquierdo la parte siniestra. Esto explica para los científicos el
funcionamiento independiente de cada uno de los lados de la siringe, con todo lo
que ello supone.
Sea como fuere, los científicos han demostrado que la intervención en la
función canora de cada uno de los lados de la siringe es desigual, siendo sobre
el lado izquierdo sobre el que recae el mayor peso en la producción sonora en el
caso del canario y la mayoría de paseriformes (control vocal lateralizado con
dominancia del lado izquierdo).
Los estudios realizados demuestran que si se
secciona el nervio hipogloso derecho sólo se pierden algunos elementos de la
canción, que son sustituidos por ruidos o por silencios; por el contrario, si se
secciona el nervio izquierdo desaparecen la mayoría de los motivos de la
canción. Los efectos de la sección del hipogloso izquierdo varían según la fase
del canto en que nos encontremos:
Subcanción: Tras un breve lapso de tiempo, el joven pajarillo
retoma sus emisiones sonoras con normalidad, el ave suple la pérdida funcional
del nervio izquierdo con el derecho. El nervio izquierdo no se regenera, aunque
hay excepciones que confirman la regla y, afortunadamente para nosotros, una de
ellas es el canario. Si se secciona el nervio izquierdo entre el decimotercer y
el vigesimoséptimo día de vida, el nervio se regenera y ambos lados de la
siringe comparten la producción sonora (habrá sonidos emitidos por la parte
derecha, sonidos producidos por la parte izquierda y otros, un tercio
aproximadamente, en cuya producción intervienen ambas mitades).
Canción plástica: El pájaro permanece de por vida en esta fase del
canto, sin llegar a cristalizar un canto de adulto estereotipado. El canario
vuelve a ser una excepción, puesto que es capaz de sustituir la pérdida del lado
izquierdo con el derecho y llegar a cerrar canto como un adulto cualquiera.
Canción estable: Los sonidos producidos por la mitad izquierda son
sustituidos en el canto por silencios o ruidos.
En
la búsqueda de los poseedores de las mejores voces y aptitud canora, los
criadores de canarios hemos seleccionado la morfología de nuestros canarios
buscando unas características presentes y observables empíricamente en la
mayoría de los cantores de calidad:
-Cabeza
grande.
-Amplitud torácica.
-Tamaño o volumen medio.
-Posición de canto
horizontal (11)
Las tres primeras características morfológicas parece, a la vista de los estudios citados, que podrían ser tomadas como indicios de una mayor capacidad cerebral, un sistema respiratorio más desarrollado y cantos de tonalidades medias, más musicales, ni muy agudos ni muy graves (12)
1.2.3.Conclusion
1ª) Debemos buscar la perfección de las voces de nuestros canarios. El
timbre de voz debe ser rico y acorde con las características del tipo de giros
que pretendamos desarrollar en el repertorio de nuestros canarios. Debe poseer,
y poder desarrollar, un registro tonal cuanto más amplio mejor. Además, debe
poder desarrollar el canto con la intensidad apropiada en cada momento de la
canción, con facultades para modularla y otorgar al canto los más delicados
matices musicales. Los sonidos emitidos por nuestros canarios deben ser limpios
y nítidos, con una excelente dicción (deben predominar los sonidos vocálicos,
más musicales que los consonánticos) y con la duración justa para poder ser
apreciados sin causar monotonía en el oyente.
2ª) Trataremos de conseguir ejemplares cuyo canto se aproxime lo máximo posible a nuestra planilla ideal. Para conseguirlo, debemos trabajar el patrón innato de canto de nuestros canarios mediante el desarrollo de la predisposición a la emisión de cantos basados en ritmos no continuos, principalmente en los discontinuos; pues el predominio en la canción de los giros de ritmo semicontinuo conferiría al canto una sensación de precipitación que redundaría en una clara pérdida de musicalidad.
1.3.- Método de selección. Selección integral de
reproductores.
Existen diferentes métodos de selección que el criador utiliza según los
objetivos a cumplir. En el presente trabajo nos vamos a decantar por un método
de selección integral, que aúna la selección fenotípica, la funcional y la
genética. Si bien es cierto que nuestro objetivo primordial es el canto y, por
añadidura, un determinado tipo morfológico que favorece la aptitud canora,
también son de suma importancia la selección genética en la creación de una
buena línea de cantores y la selección funcional, puesto que sin unas buenas
condiciones orgánicas, sanitarias y de vitalidad no es posible un desarrollo
satisfactorio del canto. Por selección fenotípica entenderemos aquella selección
realizada en función de los caracteres perceptibles por nuestros sentidos (*13)
y cuyo patrón ideal representan los objetivos que ya hemos visto (*14, 15).
Por selección funcional, se entiende la realizada buscando un correcto
funcionamiento orgánico y fisiológico, así como un estado sanitario perfecto en
nuestros ejemplares. Estas características nos facilitan la cría, puesto que el
valor como reproductores de los ejemplares se mide en la valoración funcional. A
modo de ejemplo citaremos algunos de los parámetros que se utilizan para medir
el valor funcional de los reproductores en atención a sus características
individuales y familiares: caracteres de los recién nacidos e índice de
supervivencia; crecimiento, desarrollo, salto del nido y edad de separación de
los padres; vitalidad; resistencia a las enfermedades; comportamiento
reproductor, fertilidad, etc. Las fichas de cría facilitan la valoración
funcional, cuantos más datos recojan mayor será su utilidad (*16). Por último,
llamamos selección genética a la realizada en función de la valoración
fenotípica y funcional de los ascendientes de los ejemplares objeto de estudio
y, por añadidura, en caso de que se trate de ejemplares adultos, de la
descendencia (el denominado test de la progenie). También se pueden valoran las
características fenotípicas y funcionales de otros ejemplares emparentados y su
descendencia (hermanos, primos, sobrinos, etc.). Tampoco podemos olvidar el
análisis del grado de consanguinidad, distinguiendo, aunque la realidad es más
compleja, entre consanguinidad estrecha (entre parientes de 1º y 2º grado),
media (entre parientes de 3º y 4º grado) o lejana (de 5º grado en adelante)
(*17). No confundamos el grado de parentesco con la tasa o índice de
consanguinidad, esta última se halla mediante complicadas fórmulas matemáticas,
difíciles de aplicar en nuestro caso por la complejidad de los cruces
consanguíneos que solemos realizar.
El instrumento más adecuado para realizar la valoración genética de un
ejemplar, de una familia o de una línea de canto consanguínea es su pedigrí
(*18). Al igual que con la ficha de cría, cuantos más datos contenga más útil
será, en caso contrario tan solo será una relación de números útiles para el
criador que lo confecciona pero carentes de sentido en la mayor parte de los
casos para los demás.
El peso de uno u otro tipo de selección dentro del método integral por el
que nos hemos decantado dependerá muchas veces de aquellos aspectos a mejorar en
nuestros canarios. Por ejemplo, cuando en nuestro criadero empecemos a tener
problemas graves durante la cría, debido a la merma en la capacidad reproductora
ocasionada por la selección fenotípica y genética en detrimento de la funcional,
tendremos, so pena de perder todo lo conseguido a lo largo de muchas temporadas,
que potenciar durante unos años la selección funcional de los ejemplares con
mayor aptitud reproductora. En ocasiones, ante ejemplares de canto
insatisfactorio y con la finalidad de no perder el aporte genético de una línea
que nos ha demostrado de forma sobresaliente su valor canoro, haremos primar la
valoración genética sobre la fenotípica.
1.4.- Selección de machos.
La selección de los machos debe realizarse, aplicando lo que ya hemos
visto, en función de los siguientes parámetros:
1º) Ausencia de educación del canto con maestros o medios electrónicos.
2º) La perfección de la voz, a la que es inherente un timbre o color y un
registro tonal determinados, como manifestación de un aparato de canto idóneo y
de un buen estado de salud.
3º) El dominio de las facultades vocales, puesto de manifiesto a través
del correcto control del tono e intensidad del canto y de una buena dicción.
4º) La aptitud o talento musical, manifestada a través de la emisión
pausada, rítmica y melódica, así como de la riqueza en las modulaciones de tono
e intensidad del canto y de los diferentes giros o variaciones que, con una
duración adecuada, conforman la canción o canciones del canario.
5º) La emisión de un repertorio variado, basado en los ritmos no
continuos, con base en los discontinuos de texto fonético ilimitado (floreos,
floreos lentos y variaciones conjuntas) y con el complemento de otras notas de
ritmo no continuo como los cloqueos y una pincelada mínima de giros de timbre
acuoso (preferiblemente agua lenta y con semiligada en variación conjunta con
cloqueos) (*19).
6º) La ausencia en el repertorio de giros negativos (rascada, estridencias
y nasalidad); degenerativos (aquellos que en su texto fonético predominan
fonemas propensos a la rascada, estridencia o nasalidad, tales como las
consonantes Ch, R y G; y las vocales E, I y A, cuando no van acompañadas de
otros fonemas que suavicen su sonido); y de notas de ritmo continuo (*20) (o
cuando menos que no formen parte básica en la estructura de la canción ni sirvan
como giros de apoyo (*21); cuando un ejemplar emite un giro de ritmo continuo de
duración corta, al inicio o al final de la canción, o como arrastre sostenido de
un floreo o variación conjunta acabado en R, sin menoscabo de los giros de ritmo
discontinuo, podemos tolerarlo, si bien si en la descendencia de ese ejemplar
aumenta la presencia cuantitativa de ritmos continuos habremos de
retirarlos de la cría, puesto que nos hallamos ante una desviación del tipo de
canto que pretendemos obtener). Es preferible como reproductor un ejemplar de
repertorio de canto repetitivo y poco variado, carente de defectos, que otro de
repertorio rico y variado pero con defectos.
7º) Papel o rol jerárquico desempeñado en el voladero (ejemplar dominante
o no dominante) (*22).
8º) Un tipo morfológico adecuado (cabeza
grande, amplitud torácica, espalda ancha, tamaño medio, patas cortas, plumaje
liso, compacto y de color brillante...) y una postura de canto adecuada
(horizontal). Según Giorgio de Baseggio, el macho transmite a su descendencia,
en nueve de cada diez casos, las siguientes características:
Talla (grande, mediana o pequeña).
Color y
calidad del plumaje.
Porte (posición en la que el ejemplar exhibe la belleza
armónica de su tipo morfológico en la jaula).
9º) Aunque implícito en los puntos anteriores, estado funcional y
sanitario perfecto.
10º) Una ficha de cría y de pedigrí que avalen la presencia de todas las
características fenotípicas, genéticas y funcionales expuestas en los apartados
anteriores en los progenitores, descendientes (si es un ejemplar adulto) y demás
miembros de la familia, como garantía de su heredabilidad y paso a las
siguientes generaciones.
El conocimiento de todos estos parámetros sólo será posible en el supuesto
de que los ejemplares a seleccionar sean de nuestro criadero o del de algún
amigo canaricultor de plena confianza. En el resto de los casos deberemos
confiar en la buena fe y transparencia del criador del que pretendamos adquirir
los ejemplares.
Al elegir un macho de otro criadero tan importante es la correcta audición
y análisis del canto como el conocimiento de los factores ambientales que lo han
rodeado desde su nacimiento hasta su madurez (ausencia de maestros, audición de
los otros ejemplares del criador, conocimientos del criador, locales,
alimentación, etc.) y, por supuesto, de las ficha de cría y pedigrí (con examen,
si es posible, del canto y del fenotipo de los ejemplares (*23) que en el mismo
aparecen).
No seleccionemos nunca como reproductor un macho del que no tengamos
plenas garantías de su valor genético, por muy bueno que sea su canto. Tengamos
presente que si ha sido educado con maestros no tendremos ninguna garantía del
tipo de canto al que está predispuesto (hay líneas seleccionadas específicamente
por su capacidad de copia y a las que se puede educar con ejemplares de una u
otra línea de canto, sin ningún tipo de problema derivado de la especialización
canora operada en las líneas seleccionadas por el innatismo de su canto (*24)).
1.5.- Selección de hembras.
La selección de las hembras resulta más compleja y difícil que la de los
machos por una razón obvia: el macho canta y podemos apreciar su mayor o menor
aptitud canora, pero la hembra no. Veamos los parámetros de selección, en muchos
casos idénticos a los vistos para los machos.
1º) Ausencia, en el criadero, de educación del canto con maestros o medios
electrónicos.
2º) Selección de las hembras en función de los machos seleccionados, dos
por cada macho (es recomendable que el principiante adquiera del mismo criador
los machos y las hembras y que se deje aconsejar (*25)).
3º) La hembras deben ser de la misma línea o dirección de canto que los
machos con los que vayan a ser cruzadas. Al valorar la compatibilidad canora del
macho y de la hembra tendremos en cuenta las similitudes del aparato de
fonación, que determina la voz, o timbre de voz, por un lado, y del patrón
innato de canto, que determina el tipo de giros que el canario está predispuesto
a emitir, por otro. Para estudiar la compatibilidad de voces en el caso de la
hembra, observaremos en primer lugar las voces de sus hermanos. Para estudiar la
compatibilidad de su patrón innato de canto analizaremos y valoraremos el canto
de su padre y hermanos o hermanastros de padre, teniendo en cuenta lo visto en
los parámetros 2º a 7º del punto anterior (*26).
4º) Valoración de la calidad y complejidad de las llamadas u otras
manifestaciones sonoras, como indicativas de las cualidades del aparato fonador.
5º) Un tipo morfológico adecuado (cabeza
grande, amplitud torácica, espalda ancha, tamaño medio, patas cortas, plumaje
liso, compacto y color brillante...). Utilizaremos a las hembras para corregir
las carencias morfológicas que los machos muestren y como forma de suplir la
selección fenotípica canora realizada en éstos, en detrimento de la selección
fenotípica morfológica. Según Giorgio de Baseggio, la hembra transmite a su
descendencia, en nueve de cada diez casos, las siguientes características:
Tipo.
Cabeza.
Forma.
Constitución
Física.
6º) Estado funcional y sanitario perfecto. Desde el punto de vista de la
valoración funcional es de capital importancia conocer las cualidades
reproductoras de las hembras de la línea o de la familia, pues si son malas
criadoras nos ahorraremos sufrimientos innecesarios haciéndonos con un buen
número de nodrizas.
7º) Una ficha de cría y de pedigrí que avalen la presencia de todas las
características fenotípicas, genéticas y funcionales expuestas en los apartados
anteriores en los progenitores, descendientes (si es un ejemplar adulto) y demás
miembros de la familia, como garantía de su heredabilidad y paso a las
siguientes generaciones.
Valgan también las consideraciones expuestas en el punto anterior al hablar de la diferencia entre la selección de ejemplares propios y ajenos, así como las precauciones a tomar en este último caso.
1.6.- Selección de nodrizas.
Como veremos en su momento, lo más adecuado en Canaricultura de Canto es
dejar que la hembra cebe sola a los pichones (con lo que evitamos riesgos de
copia). Esta práctica exige un sobreesfuerzo a la hembra y determina que el
criador deba asegurarse de poseer hembras capaces de llevar a buen puerto la
cría. Para terminar este capítulo haremos referencia a la selección de nodrizas,
punto imprescindible en la agenda de todo criador de canarios de alta selección
que se precie de serlo.
Tres son los motivos que justifican esta afirmación:
1º) Las hembras que no ceban pueden hacer más puestas (aunque no es
recomendable que hagan más de cuatro y descansando entre ellas un mínimo de dos
semanas) y alargar su vida reproductora (*27).
2º) La selección fenotípica y genética suelen propiciar el olvido de la
selección funcional, con la consiguiente merma de la capacidad reproductora de
nuestros canarios.
3º) Cuando se posee una línea de canarios de alta calidad no podemos dejar
que el éxito en la cría dependa únicamente de las hembras seleccionadas y
resignarnos a no obtener descendencia de aquellas que no son capaces de sacar
adelante a su prole.
Si no poseemos un tronco familiar cuyas hembras destaquen por sus
cualidades reproductoras y en el que poder seleccionar hembras que hagan las
funciones de nodrizas, deberemos hacernos con hembras que nos aporten mayores
garantías que las nuestras.
Cuanto más seleccionada esté nuestra línea y mayor sea la tasa de
consanguinidad más indispensables se hacen las nodrizas. Crea el lector que su
número nunca es suficiente, pues por muchas que tengamos, a lo largo de la
temporada de cría, seguro que desearíamos tener más, pues siempre falla alguna
hembra que no esperamos que lo haga (que una hembra críe bien un año no quiere
decir que lo haga el siguiente, de hecho una hembra que haya sacado adelante 7 ú
8 pájaros, si no recibe las atenciones adecuadas durante la muda y el invierno,
seguro que no nos sacará un sólo pájaro la temporada siguiente).
8. Fratantoni cita también el papel de los impulsos de naturaleza
neurohormonal, de los que nos ocuparemos más adelante.
9. En los primeros días de vida el volumen del CVS y del RA es pequeño,
sin que haya diferencias significativas entre machos y hembras. Con el paso de
los días y a medida que aumenta el nivel de testosterona en la sangre, el
volumen de estos núcleos en el cerebro de los machos va aumentando, al mismo
tiempo que evolucionan las manifestaciones sonoras (reclamos, subcanción y de
ésta a la canción plástica). Con el inicio de la muda del plumaje, el
crecimiento de los núcleos se frena, coincidiendo con una bajada en el nivel
hormonal en la sangre. Finalizada la muda el crecimiento continúa hasta llegar
un momento en el que se estabiliza coincidiendo con la madurez del canto o
canción estable. Cada año, ya adultos, el proceso se repite con la muda: baja el
nivel de testosterona en la sangre, disminuye el volumen del CVS y del RA y el
canto del canario se vuelve sumir en la fase de canción plástica . Hasta que no
finaliza la muda y el nivel de testosterona vuelve a subir, junto con el volumen
de los núcleos cerebrales, el canario no vuelve a tener una canción estable.
Este es el motivo de que los machos adultos copien e incluso sustituyan
completamente su canto durante la muda. La importancia de las hormonas en el
canto es tal que mediante la inyección de testosterona en hembras se ha
conseguido provocar en éstas la emisión de cantos netamente masculinos.
10. Imaginemos un canario que ha copiado de otro un canto simple y
monótono, a pesar de tener facultades para haber podido desarrollar un
repertorio rico y variado.
11. Los canarios que cantan en posición vertical suelen emitir sus
canciones de forma más chillona y precipitada. Por este motivo se recomienda
subir los palos de las jaulas de concurso, para corregir posiciones de canto
inadecuadas.
12. Los científicos han puesto de manifiesto la relación entre el tamaño
del ave y las tonalidades de su canto. Cuanto mayor es el tamaño de un ave más
graves suelen ser la tonalidades de su canto.
13. De esta forma incluimos en el fenotipo tanto los caracteres visuales
como el canto.
14. Recordemos que el fenotipo es el resultado
de la acción sobre el genotipo de los factores ambientales, en sentido amplio.
fenotipo = genotipo + medio ambiente
Otra
forma de expresar lo anteriormente dicho se refleja en el triángulo de Walter,
en el que se representa al individuo como un triángulo equilátero cuya base es
el patrimonio hereditario y cuyos lados son la alimentación y el ambiente
respectivamente (nosotros incluimos la alimentación entre los factores
ambientales).
15. La planilla de enjuiciamiento de un ejemplar, al contrario de lo que
ocurre en otras especialidades, tiene un valor relativo, ya que refleja la
valoración del canto emitido durante los quince ó veinte minutos que dura el
enjuiciamiento; un canario no canta dos veces exactamente igual y su calidad,
aunque no variase el repertorio, no es constante. Hemos de ser conscientes de
que el periodo álgido, cualitativamente, del canto es proporcionalmente muy
corto dentro del ciclo canoro (desarrollo, madurez y declive) y que muchos
ejemplares no llegan a los concursos en el momento óptimo de su canto (por
inmadurez o por celo). La duración del período de plenitud canora será uno de
los parámetros que deberemos trabajar. A pesar de lo dicho, para un principiante
la planilla de enjuiciamiento emitida por un juez de reconocida solvencia
técnica puede ser un instrumento útil para suplir sus carencias respecto al
canto de la raza, más por saber en qué giros basa su canto el canario que por
los puntos que pueda tener.
16. Véase ejemplo de ficha de cría en el ANEXO.
17. Distinguimos parentesco en línea recta (el existente entre individuos
que descienden unos de otros: bisabuelos, abuelos, padres, hijos...) y
parentesco colateral (el de individuos que no descienden unos de otros pero que
proceden de un tronco común: tíos, primos...). Para medir el grado de parentesco
lineal de un ejemplar con otro, se cuenta, excluyendo la del ejemplar del que
partimos, el nº de generaciones que hay hasta el ascendiente o descendiente que
nos interesa y, en caso de parentesco colateral, se cuenta hasta el ascendiente
común más próximo y después se sigue contando hasta llegar al segundo ejemplar,
el número resultante será el grado de parentesco.
18. Ver Ficha de pedigrí de cuatro
generaciones en el anexo. Después de haber utilizado fichas de cinco y seis
generaciones, hemos llegado a la conclusión de que las fichas más prácticas son
las de cuatro generaciones; puesto que a partir de la quinta generación el
porcentaje estadístico de los genes de cada uno de los ejemplares que la forman
se reduce al mínimo:
1ª Generación: padres, 50% (1/2).
2ª
Generación: abuelos, 25% (1/4).
3ª Generación, bisabuelos, 12,5% (1/8).
4ª
Generación: Tatarabuelos, 6,25% (1/16).
5ª Generación: 3,125% (1/32).
Por
ese motivo cuando un ejemplar mestizo, producto del cruce entre dos razas
diferentes, se retrocruza con ejemplares de una de las dos razas parentales
durante otras tres generaciones es considerado, en principio, ejemplar puro, ya
que el porcentaje de genes de la raza en cuestión en la cuarta generación es de
un 93, 75%.
- G1. A X B = C (50% A / 50%B).
- G2. C X A= D (75% A / 25%
B).
- G3. D x A= E (87, 5% A / 12,5% B).
- G4. E X A= A (93, 75% A /
6,25%B).
19. Véase nuestra planilla ideal.
20. La no presencia de notas de ritmo continuo en el canto de nuestros
canarios no es caprichosa; ya vimos la incompatibilidad entre los ritmos
continuos y los discontinuos. El cultivo, desarrollo y perfeccionamiento
cualitativo y cuantitativo de los giros de ritmo discontinuo implica la
eliminación progresiva de todo vestigio de ritmos continuos en el canto de
nuestros canarios.
21. Los giros de ritmo continuo que afloran en el canto de nuestros
canarios al final de la fase de repaso o de maduración del canto (en el mes de
octubre y principios de noviembre) son perdonables, pero aquellos ejemplares que
emiten desde los inicios de su repaso, a partir de los dos meses de edad,
sonidos de ritmo continuo demuestran una predisposición genética para la emisión
de los mismos y no deben ser utilizados como reproductores, salvo causas de
fuerza mayor.
22. Como veremos en su momento, el papel desempeñado por un canario en la
escala jerárquica del voladero es muy importante, ya que si éste era el o uno de
los ejemplares dominantes su repaso habrá sido tomado como referencia por los
machos jerárquicamente inferiores; con lo que las garantías de heredabilidad de
la predisposición a la emisión del tipo de canto que presenta es mayor que en el
caso de sus hermanos o compañeros de voladero que, como vulgarmente se dice, han
ido a rueda y han aportado menos información al desarrollo del canto del
voladero. Por eso es importante saber qué machos llevan la pauta en cada
voladero, puesto que, aunque luego su canto sea de inferior calidad al de sus
hermanos, sabremos en qué ejemplar se ha manifestado de forma más acusada la
predisposición genética a su emisión y, por consiguiente, su posible mayor valor
genético.
23. De todos es conocido que la ausencia de sitio hace que no podamos
cuidar el canto de nuestros ejemplares adultos. En ocasiones tenemos que pedir a
familiares u amigos que nos guarden los adultos, aún sabiendo que éstos tienen
canarios de canto tipo balconero, que sin duda hará mella en el de los nuestros
cuando emprendan la muda. Con todo, el que tuvo retuvo y siempre se puede sacar
algún tipo de información útil del canto de los adultos por muy degenerado que
esté y por poco que se parezca al que lo hicieron merecedor de nuestra
confianza.
24. Cuando a ejemplares de una línea de canto determinada se les educa con
un maestro de otra éstos no llegan a asimilar de forma correcta el canto del
maestro, ya que sus aparatos de canto y sus patrones innatos de canto no están
seleccionados en la misma dirección de canto que el maestro.
25. Un consejo: ¡No empezar con más de dos machos y cuatro hembras!.
26. Si bien el canto está determinado por el sexo (en base a las
secreciones hormonales), partimos de la hipótesis, como tal rebatible, de que
los genes que rigen el patrón innato de canto van ligados al sexo (al cromosoma
Z), por tanto la hembra aportaría a sus hijos la información contenida en el
cromosoma sexual masculino heredado de su padre. No obstante, el canto es un
carácter de Genética Cuantitativa en cuya manifestación intervienen multitud de
genes, muchos de los cuales no relacionados directamente con la función canora
(como los que determinan los diferentes caracteres morfológicos que hemos visto
que influyen de una u otra forma en la emisión sonora).
27. Una hembra que ceba suele tener una vida reproductora de tres ó, en el
mejor de los casos, cuatro años. Las hembras que no ceban, si son bien
atendidas, podemos utilizarlas cinco ó seis años (he llegado a ver obtener
pájaros de hembras de nueve años).
Javier Duran Pérez javier@canariostimbrados.es
Miguel Angel Obeso miguelobeso@hotmail.com